viernes, 4 de febrero de 2011

La importancia de la independencia

Por Alejandro Perez-Cotapos

Dado el nivel de la  desconfianza de la ciudadanía en la política y los partidos políticos, es claro que estos deben reestructurarse y reciclarse.

El proceso no es fácil, y no tiene un manual de acción, sino que debe hacerse desde dentro de los partidos. Sin embargo en ese punto se plantea una interrogante, como lograr este objetivo sin caer en los vicios propios de la política actual. Esto debido a que con  el nivel de elitización actual de los partidos políticos  la única forma de adquirir el poder necesario para hacer estos cambios,  es cayendo en la llamada “maquina” política partidista. Esto hace que sea muy complicado establecer un cambio desde dentro y que sea cada vez más necesario establecer mecanismos de formación fuera de las instancias formalmente partidarias.  Es en base a esta idea que se crean instancias en la democracia cristiana  como el CDC (Centro Democracia y Comunidad) y y funcionan diversos grupos de aprendizaje con grandes próceres, donde se discuten temas de principios, valores y formación política.

En este contexto podemos hablar de los grupos políticos universitarios. Son, en principio, instancias donde los estudiantes aprenden sobre política, se impregnan de los valores y principios de una visión política, sobre la visión país, los sentidos comunes que surgen dentro de esa corriente política y sueñan un mejor país y liderar los futuros procesos democráticos y partidarios dentro de las colectividades, en el caso de que deseen en el futuro incorporarse a los partidos políticos.

Dada su importancia estratégica como semillero de nuevos liderazgos, los partidos políticos dedican más o menos recursos para su desarrollo y potenciamiento. La relación entre las organizaciones universitarias y los partidos es variable según las colectividades y los periodos. Sin embargo, esta columna plantea que debe haber independencia entre las instituciones.

Esta independencia tiene  su fundamento en la premisa lógica de no repetir los errores que han desprestigiado a la política partidista. Los jóvenes deben formarse en el ambiente que ellos decidan, para poder pensar y desarrollar el tipo de política  y visión de mundo que ellos consideren mejor. Una relación de dependencia con el partido político inhibe ese desarrollo, debido a la influencia política misma.

Pero este postulado no debe ser malinterpretado. Se necesita independencia, pero no absoluta, debe haber un justo equilibrio. Se requiere  de coordinación con los partidos políticos para desarrollar  formación, entregar las herramientas para el desarrollo político y los contactos que necesitan para desarrollarse. Seria ridículo pensar que las decisiones y la estructura deben ser totalmente impermeables a la influencia partidaria, pero esta debe ser solo en sentido de colaboración al desarrollo.

Por último, queda una gran interrogante por responder. Si los partidos políticos entregan recursos, formación, contactos, y se abstienen de ejercer influencia en las decisiones de los grupos universitarios ¿qué reciben a cambio? Lamentablemente la respuesta no siempre es satisfactoria, la ganancia es a largo plazo y consiste en generaciones de jóvenes preparados para asumir los desafíos políticos, votantes más afines con las ideas políticas y mejores colectividades que reconquistaran la pasión de la ciudadanía con la política. Pero en DCU_uchile, creemos que estas ganancias valen la pena.

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